Como vimos con Gaudí y Van der Rohe, dos arquitectos con estilos de diseño completamente diferentes pueden ser arquitectos claves de un mismo movimiento. En el caso del modernismo, estos son Frank Gehry y Rafael Moneo. Frank Gehry tiende a romper con los estándares de belleza y crear diseños revolucionarios. Rafael Moneo tiende a construir a base del contexto histórico del espacio de una manera más elegante. Sin embargo, ambos pertenecen al modernismo y su objetivo es romper con lo tradicional.
El arquitecto español, José Rafael Moneo Vallés, se destaca por su estilo armónico y elegante. Este se inspira del pasado y diseña para representar lo que ya existe. Moneo no diseña para sobresalir como veremos con Gehry. Su objetivo es crear y practicar el pensamiento lógico de la arquitectura. Moneo es conocido como la figura más importante de la arquitectura y por diseños que integran elementos de referencia tanto contemporáneos como históricos. Ha logrado crear espacios donde uno se siente que está en otro lugar y por eso recibió el Premio Pritzker de Arquitectura en el 1996, entre otros.
A diferencia de Moneo, el arquitecto canadiense, Frank Gehry, se desataca por sus diseños abstractos, con curvas complejas y estética que sobrepasa la importancia de la funcionalidad. Sus edificios se pueden identificar fácilmente ya que sus curvas únicas y el uso de materiales los distingue de los edificios más tradicionales que los rodean. Además, Gehry es considerado como uno de los mejores arquitectos del siglo 20. Gehry rompe con la figura tradicional ya que piensa que la arquitectura es un área donde la creación no tiene límites. Él crea a su propia manera, dándoles una sensación de movimiento que hace que sus obras sobresalgan en comparación a las que las rodean.
Aunque Moneo y Gehry tienen estilos muy diferentes, ambos son arquitectos que definen lo que es el modernismo. Ambos tienen una misma meta y es la del cambio. Este es el punto del modernismo, romper con lo tradicional. Ambos arquitectos logran esto con sus diseños elaborados y sumamente impresionantes.
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